La vida no se mide por las veces que respiras…
Life is not measured by the numbers of breaths we take, but by the moments that take our breath away.

La vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento

Vi esta frase y me ocurrió lo que dice la frase. Me dejó sin aliento. Estamos en este mundo para vivir momentos que valgan la pena, momentos que te hagan perder el aliento.

Cuando tienes 20 años te crees que eso es lo habitual. Te encuentras en determinadas ocasiones en las que pierdes el aliento. Luego, vas cumpliendo años y comprobando que la vida te va dando sinsabores y decepciones.

Y llegas a quedarte sin aliento  a veces por motivos nada positivos. Y por ello valoramos muchísimo más cuando disfrutamos de una experiencia con los 5 sentidos.

Quédate sin aliento al menos una vez acompañándonos en uno de nuestros tours desde Madrid

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La vida no se mide por las veces que respiras… Sin aliento por hacer las cosas rápido.

Cuando vamos hacia Ribera del Duero por la Nacional 1 nos encontramos con el Circuito del Jarama a nuestra izquierda.

En ese momento cuento a mis visitantes que ese circuito tuvo sus mejores momentos en los años 70 y 80.

En esa época se corrían carreras de Fórmula 1 y del campeonato del mundo de Motociclismo. Actualmente ese circuito ha dejado de usarse para esos menesteres hace ya muchos años. Ahora se corren carreras locales o lo alquilan los amigos de Porsche o cualquier otra marca de prestigio.

Un amigo que tenía un Porsche me invitó a uno de sus meetings en ese circuito y me dijo. Siéntate como copiloto y disfruta. Así lo hice. Después de una vuelta al circuito llevando el coche al límite tuve la sensación en ese circuito de que no había rectas, tan solo curvas de lo rápido que iba.

Le dije casi sin aliento y resoplando, con el corazón que se me salía por la boca. Le dije ‘muchas gracias pero con una vuelta tengo bastante. Muy muy divertido’

Les comento a mis visitantes que esa es una manera de vivir sin aliento. Que a mí me parece fantástico tener experiencias inolvidables haciendo las cosas rápidamente.

La vida no se mide por las veces que respiras… Sin aliento por hacer lo que los pájaros.

La vida no se mide por las veces que respiras… Sin aliento por hacer las cosas lento.

Nosotros lo que proponemos con nuestros tours es todo lo contrario. Se trata de disfrutar de la experiencia muy, muy lentamente para disfrutar con los 5 sentidos. Yo no reniego de la otra pero en nuestro caso, cuando estamos degustando vinos en bodega hacemos las cosas muy despacio. Y lo mismo hacemos cuando vamos a comer o realizamos una actividad complementaria a la de visita a bodegas.

En un castillo medieval con una copa de vino.

Castillos con vino 5

Recuerdo en uno de los tours visitamos una bodega fantástica de Ribera del Duero. Nos llevamos una botella de su vino. Y cuando estábamos visitando uno de los magníficos castillos que embellecen el entorno de Rivera del Duero saqué la botella y unas copas de cristal (¿Qué importante es beber buen vino con buenas copas verdad? ).

Se me ocurrió preguntarle a mis visitantes que donde le sabía mejor el vino. Si era mejor en bodega o si el vino había mejorado por el simple hecho de estar en un castillo medieval con un paisaje extraordinario. Habíamos pasado fácilmente 10 minutos mirando el castillo y el paisaje y saboreando el vino.

No sé muy bien por qué pero ocurre siempre que si visitamos un monumento o disfrutamos de un paisaje al cabo de 5 minutos mis visitantes de empiezan a mover como solicitando en un lenguaje mudo que ya tocaba moverse.

Visitamos sobre todo bodegas cerca de Madrid

Mirando al infinito con una copa de vino en la mano.

Cuando uno está con una copa de vino uno puede estar mirando al infinito haciendo que el tiempo pase sin medida porque así lo queremos. Algo pasa con el vino, que en un lugar privilegiado buscamos degustarlo siempre muy, muy lentamente.

Mi visitante me miró. Y visiblemente emocionado me dijo:

Me da lo mismo donde está el vino mejor pero una cosa si te digo. Que no renuncio a ninguna de las dos experiencias. Así que gracias por hacerme hecho disfrutar de las dos.

En el Winebus somos gente afortunada. La gente que viene sabe más o menos lo que se va a encontrar y ayuda desde el minuto uno para que la actividad sea lo mejor posible. Es la misma actividad la que hace de filtro. Ese filtro hace que el 98 % de la gente que viene sea gente tremendamente interesante.

Escrito por

Ignacio Segovia

Ceo de Winebus.es