Visitas a la bodega, para que en lugar de tener que vender vino, te lo compren.
Llevo muchos años escribiendo sobre las inmensas posibilidades de que los bodegueros abran sus bodegas para la visita de visitantes y turistas.
Fue sorprendente comprobar cómo cambiaba el mundo y cómo lo hacía la comunicación de las pequeñas empresas.
En el mundo del vino, el cambio fue aún más radical. Por primera vez en la historia, las bodegas podrían comunicarse con sus clientes. El viticultor, que se ocupaba de básicamente de elaborar vinos tenía la posibilidad de comercializar y comunicar por nuevos canales. Nunca antes el bodeguero había tenido la posibilidad de estar en contacto con el consumidor final.
Internet. Nuevas tecnologías. Revolución del Enoturismo.
Internet lo cambió todo. Entre otras cosas cambió también el turismo del vino. Comenzó en los Estados Unidos. El resto del mundo vio lo que estaba ocurriendo allí, y decidió apostar por el enoturismo más tarde y de forma más lenta.
El bodeguero, antes de Internet, se comunicaba con sus distribuidores e importadores, y con los grandes críticos del vino si éstos se ponían a tiro, pero todos tremendamente expertos en vinos y con un perfil muy diferentes del del consumidor final.
Internet. Nuevas tecnologías. Globalización. Venta a terceros países.
Estamos en la era de Internet, de las nuevas tecnologías, la globalización, la venta de vino a terceros países, cercanos y lejanos.
Antes existían las ferias especializadas del vino. A ellas acudían muchísimos productores que ofrecían a potenciales compradores profesionales sus vinos. Cada uno de los stands de los productores era casi exactamente igual que el de sus competidores. Disponía de muy poco tiempo para dar a conocer sus productos. Las posibilidades de diferenciarse entre ellos eran mínimas.
Enoturismo Una nueva fuente de ingresos. Una oportunidad para dejar de vender para que puedan comprarte.
Comencé a valorar el enoturismo cuando visité una bodega cerca de Madrid que elaboraba buenos vinos pero cuyo énfasis estaba en vender visitas a bodegas. Teniendo éxito en sus ventas de visitas conseguía atraer al consumidor final. Y conseguía vender con menos esfuerzo entre aquellos visitantes que se quedaban embelesados con su discurso, sus instalaciones y sus vinos. En ese momento, más que vender, el visitante le compraba.
Otra cosa fantástica también sucedió.
Del turismo de sol y playa al turismo de interior.
82 millones de turistas llegaron a España en 2018. El 60% de nuestros visitantes son británicos, franceses, italianos y alemanes. Buscan lo que los estadounidenses de la costa este buscan en Florida. Esto es. Playa, buen clima, buena comida, bebida y diversión.
Visita de bodegas cerca de Madrid.
Hay un mundo fantástico alrededor de Madrid. Tenemos una oferta muy atractiva, unos vinos considerados entre los mejores del mundo, una gastronomía increíble, gente auténtica, historia, monumentos, etc
El boca a boca siempre funcionó, pero ahora el boca a boca del marketing digital se vuelve infinitamente más poderoso.
Escrito por
Ignacio Segovia
Ceo de Winebus.
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