Bodegas Rueda. Bodegas Mocen. Diferenciarse a través del arte y la cultura
Cuando visito una Bodega no voy buscando en qué se parece a otras Bodegas. Todas las Bodegas tienen muchos rasgos en común. Si es eso lo que se quiere ver mejor dirigirse al museo del vino de Peñafiel.
Allí se explica exhaustivamente cómo eran las Bodegas en el siglo XIX, en el XX, y cómo son o tienen que ser las actuales. Lo que me interesa de mis visitas es ahondar en qué se diferencian entre ellas, o cómo mostrar una imagen de marca por distintos medios.
Con ello pretendo ser más entretenido entre mis lectores. Pero lo hago principalmente porque considero que la mejor manera de triunfar en el mundo del vino es diferenciarse de tus competidores.
Hay miles de Bodegas, y diferenciarse es difícil de conseguir, máxime cuando las Bodegas dedican la mayor parte de su presupuesto de Marketing a acudir a eventos y ferias en los que ofrecen sus productos desde una mesa parecida con un discurso parecido al de sus competidores.
Visita bodegas de Rueda desde Madrid con nosotros
Por supuesto que es fundamental hacer eso. Es necesario, pero no es suficiente.
La última bodega que he visitado ha sido Bodegas Mocén, en Rueda. Nos avisaron que la visita duraba dos horas. Eso, lejos de desanimarme me hizo pensar que, seguramente tenían mucho que enseñar.
Realmente fue una visita espectacular.
José Luis, el creador de Bodegas Mocén.
El comienzo de la visita de Bodegas Mocén arranca en un patio abierto muy bien decorado con atractivas vigas de madera. Ahí ya nos dan algunos datos. El dueño es “José Luis”, el dueño de los restaurantes del mismo nombre que tanto éxito tienen en Madrid.
José Luis tenía unos socios cuando compró la Bodega allá por 1990. Y estos socios, ante una serie de dificultades, se hacen a un lado y le venden el negocio a su actual propietario. José Luis decide entonces emprender en solitario.
Tienen un lugar especial en las bodegas para Camilo José Cela, Julio Iglesias y sus altezas reales entre muchas otras personas ilustres.
El manual de “José Luis” para el éxito consta de lo siguiente: ser persistente en el trabajo, arriesgarse, tener suerte, y contar con buenos amigos.
En la sala que visitamos La tiene llena de fotos con personas ilustres y famosas que han pasado por allí. Tiene un pequeño espacio dedicado al mundo del toro, muy atractivo también.
Bodegas subterráneas
Una de las cosas que hace es horadar en la tierra para guardar allí sus vinos. Y comprueba que hay muchas, muchas cuevas ya horadadas por antiguos viticultores.
Supongo que para José Luis, cada nueva cueva que encontraba le hacía pensar que se encontraba en “La Isla del Tesoro”. Y cavó y cavó. Creo que son 3 kilómetros de galerías subterráneas.
Son impresionantes, llenas todas ellas de innumerables placas honoríficas para visitantes ilustres. Son auténticas catacumbas que se conservan en perfecto estado y que han ido incorporando con la anexión de cuevas de bodegas colindantes.
Con frecuencia se ven pequeñas chimeneas con salida al aire para que las cuevas respiren.
En las cuevas vemos también barricas, muchas barricas, muy antiguas. Tiene también una colección de objetos de vidrio y de sacacorchos realmente espectacular.
Zona de depósitos
Vemos la zona de los depósitos, En el momento de la visita 4 operarios están envasando espumoso.
Son 13 las personas trabajando en la bodega para una producción de 3,5 MM de botellas.
Pero la visita sigue. Ahí debajo, están preparando una zona como restaurante. La estancia que está preparando dará que hablar y si no al tiempo.
Biblioteca de Harry Potter. Pinacoteca.
Nos llevan a la Biblioteca que parece sacada de una película de los años 50. Maravilloso sitio para leer y escribir. Con solo visitarla uno tiene la sensación de volverse más sabio.
Pero luego llega la Pinacoteca. Si la Biblioteca es espectacular la Pinacoteca es una auténtica pasada. En ella hay infinidad de cuadros en una serie de salas de grandes dimensiones.
Muchos de sus autores podrían estar en museos de primer nivel. Una de las salas está acondicionada para eventos de empresa. La empresa que haga en este lugar un evento conseguirá que ninguno de los asistentes olvide el lugar.
En medio de tanta obra de arte hay, en un lugar destacado y sobre una peana, una caja de limpiador de zapatos profesional, metida en una urna, que viene a recordarnos que José Luis, en sus comienzos era limpiabotas. Que partió de cero. Que es un hombre hecho a sí mismo.
¿Cómo ha ido ampliando la Bodega? Pues a base de comprar negocios a bodegueros que cerraban por no saber adaptarse a los nuevos tiempos.
Degustación de sus vinos
La visita acaba con una pequeña degustación de sus vinos. Un Bodegas Mocén 2009 (blanco, verdejo) y un Cobranza 2008 (tinto, tempranillo). El tinto no estaba mal pero en la degustación quedó claro el por qué del éxito que tiene a nivel mundial el vino blanco de Rueda.
El Mocén me pareció generoso en nariz, con aromas a heno y fruta tropical, mientras que en boca me pareció fácil de beber, fresco, afrutado, consistente, equilibrado. Tienen también un blanco Sauvignon Blanc.
Después de la visita uno tiene la impresión de haber visitado una gran bodega y con ganas de conocer al grandísimo empresario que la ha creado.
Esta bodega es la clara demostración de cómo a través del arte y la cultura se puede fortalecer la imagen de marca de un buen vino.
Lo visto muestra por encima de todo el espíritu intrépido y emprendedor de su dueño.
Es sorprendente que todo este imperio lo haya hecho en tan solo 20 años. Salí de allí con la impresión de encontrarme con uno de los contados “Howard Hughes” a la española.