Bodegas López Cristóbal, una bodega especial.
Esta bodea fué creada por Santiago López en 1994.
Sabía en Aranda, en aquella reunión entre bodegas y y bloggers, que la visita a Bodegas López Cristóbal iba a ser algo especial. En esa reunión en la que estaban presentes 13 bodegas muy diversas de Ribera de Duero hablaba con Galo, gerente de la misma. Galo me hablaba de su bodega como de un negocio familiar, más pequeño y con una manera más artesanal de hacer las cosas en comparación con gran parte de las otras bodegas allí presentes.
Degusté su vino. Y me gustó. Y me gustó lo que contó. Pero más que lo que contó me gustó cómo lo contó. Transmitía en su discurso intangibles que sólo, después de visitar su Bodega supe o creo haber descifrado. Había mucho encanto en lo que contaba. Hablaba sobre todo de que se trataba de una bodega familiar.
Ya sabemos todos que dentro de esto caben tantas cosas… No sabía lo que me iba a encontrar, pero intuía que me iba a gustar. Quizá esa incógnita se hubiera disuelto con solo visitar su página web (tiene una página web muy elegante), pero no lo hice, y creo que eso añadió cierta aventura a la visita.
En realidad lo pasé muy bien en Aranda, porque todos los proyectos presentados eran de mucho nivel. La experiencia ha sido fantástica porque ha sido como componer un puzzle. Y esa imagen se ve modificada considerablemente cuando uno visita la bodega. La experiencia es apasionante.
Comienzo de la visita
Llamé a Galo y nos vimos a eso de las 11 y media. Lo primero que vimos fue la fachada de una casa de grandes dimensiones y muy atractiva.
Había por ahí un cachorrillo que se enredaba en nuestros pies a cada paso que dábamos y que añadía colorido a la visita que íbamos a realizar.
Lo primero que nos enseñó fue la viña, que está adyacente a la bodega. Había helado recientemente y pudimos comprobar el daño que se había producido en las cepas y cómo el viticultor tiene que aceptar elementos que están fuera de su alcance atajar.
Reinstalando la bodega
Nos llevó a ver la nave donde está reinstalando la Bodega. Esta nave pertenecía a una harinera que había cerrado unos 5 años antes. Se la compraron y la habían remodelado de arriba a abajo.
En el momento de la visita estaban en el proceso de trasladar los depósitos de la antigua nave, que era más pequeña y de más baja altura. Con la crisis, y ya habiendo comprado la nave, no se plantearon desistir de la reimplantación de la bodega.
Me decía Galo que pensaba que no era la mejor época para visitas con todo este cambio. Yo, sin embargo, me alegraba profundamente de estar ahí y entonces. Podía entender así mejor que nunca, lo que era la bodega en el pasado y lo que se pretendía hacer de ella en el futuro.
Ahí se percibe mejor que nunca al emprendedor, que se lanza a una inversión, a un esfuerzo personal y económico importante, sin recibir aún las ventajas de ese cambio. Una de las cosas que más me atraen del mundo del vino es precisamente ese valor a la hora de emprender que veo en determinadas personas.
¿Está trasladando depósitos? Como si no lo estuviera haciendo. Las instalaciones estaban impecables. Entre esos depósitos nos mostró con orgullo dos depósitos de última generación donde trabaja su mejor uva para sus mejores caldos.
La tecnología aplicada en estos dos depósitos busca conseguir una mezcla más uniforme, el remontado perfecto. Esos depósitos son como las niñas de sus ojos. Pero como él dice: “Estos depósitos están muy bien pero la clave está en el viñedo.
La tecnología te ofrece la posibilidad de obtener cada vez mejores vinos. Y nosotros estamos por esa vía si con ello conseguimos mejores resultados. Pero si fallamos en el viñedo, no tenemos nada que hacer.”
Llevo visitadas unas cuantas bodegas y no paro de sorprenderme cómo cada bodega busca soluciones distintas para llegar a la obtención del producto final. No he conocido otro sector en el que sus empresarios muestren una personalidad, una capacidad de emprender y un romanticismo de forma tan evidente como ocurre en este sector.
En la sala de barricas
Pasamos a las siguientes estancias. En la segunda por la que pasamos pudimos ver las barricas. Esta parte es la antigua Bodega, con mucha menos altura.
Con la nueva nave Bodegas López Cristóbal cambia de nivel. Puede trabajar mucho mejor. Y la imagen de su negocio es la de algo mucho más consolidado. Pasa de ser una Bodega Familiar a, sin perder su encanto, empezar a jugar en “Primera División”.
En esta nave están aún depósitos que aún quedan por trasladar. Veo la altura de la nave y me imagino la auténtica virguería que hay que hacer para poder trasladar esos mamotretos, con tan poca altura disponible. Tiene mucho mérito lo que están haciendo.
Pasamos posteriormente a la casa. Galo nos comentó que esta casa era la antigua casa de su familia donde él creció. Que de la viña se ocupaba más su padre y que él se ocupa de la Bodega en su conjunto.
La casa es lo que promete. Una casa preciosa, con un gusto exquisito, muy elegante, pero a la vez sencilla.
En la sala de catas
Nos dice Galo. “Todo lo que os he enseñado os puede gustar o no, pero llega el momento de la verdad. Y es el vino el que tiene que hablar por sí mismo.
Aunque comenta que no quiere entrar en la descripción convencional en una degustación entra en un detalle en cada uno de sus productos que nos hace disfrutar de lo lindo.
Probamos sus vinos, el Roble 2009, el Crianza, el Reserva y el Bagús.
Nos explica detalladamente cada uno de ellos y cómo han buscado obtenerlos de forma distinta de modo que uno pueda apreciar 4 productos claramente diferenciados. Cómo trata de atender a distintos segmentos de mercado con productos de distinta calidad y precio.
Piensa en el consumidor con cierto conocimiento sobre el vino pero sensible al precio, y le ofrece el Roble (ficha de cata) y el Crianza
No se olvida del consumidor más sofisticado, no tan sensible al precio y les ofrece el Reserva (fc) y el Bagús (fc). La mayor parte de su volumen viene del Roble y del Crianza. Esto era así antes y lo es más ahora, en 2010 en donde se miran aún más los precios.
Cada uno, bueno en su estilo.
Le deseo a Bodegas López Cristóbal mucha suerte, aunque me parece que Galo tiene las ideas muy claras y está haciendo las cosas para que le salgan bien.
Galo. Hasta pronto
Es ésta una historia de una bodega familiar de Ribera del Duero venida a más en paralelo con Excursión desde Madrid para visita la bodega el Lagar de Isilla
Escrito por:
Ignacio Segovia
CEO de Winebus